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Meditación para la existencia

Ejercicio de meditación para la salud mental y el equilibrio

da Manfred Hanglberger (www.hanglberger-manfred.de)

 

Exhalamos profundamente

y esperamos a que nuestro pecho se expanda de nuevo por sí mismo para llenarse de aire.

Cuando el aire entra en nuestros pulmones, le damos mucho espacio dentro de nosotros:

Nos volvemos interiormente amplios y receptivos a la energía del aire.

 

Cuando exhalamos de nuevo,

permitimos que nuestro cuerpo y sus músculos se aflojen y relajen completamente.

Nos relajamos y nos soltamos por completo

- dejando que nuestros brazos y piernas se vuelvan completamente pesados.

Cuando soltamos el aire, soltamos todo lo que nos pesa por dentro.

Vivimos completamente en nuestro cuerpo con nuestro "yo".

Sentimos si se siente bien vivir en nuestro cuerpo.

 

Y luego pensamos en las personas que son importantes para nosotros: ...

A través de nuestros pensamientos y sentimientos

también viven en nosotros un poco de cierta manera.

 

Nuestros padres ocupan un lugar muy importante en nosotros.

El Padre y la Madre viven en nosotros, incluso cuando no pensamos en ellos.

Porque a través de ellos se nos ha dado la vida.

De la vida del padre y de la madre ha surgido nuestra vida.

En mi cuerpo, mi padre y mi madre viven de alguna manera.

Para algunas personas, el padre y la madre viven en ellos de manera muy diferente.

 

Por ejemplo, si un padre domina y el otro cede siempre.

O si te sentías más inclinado por uno de los padres que por el otro.

O si en algunas familias

uno de los padres tenía poco o ningún contacto con los hijos.

 

Pero sin embargo, la vida de cada uno de nosotros viene

de su padre y de su madre (de su madre y de su padre)

y por lo tanto ambos viven dentro de nosotros

en nuestro cuerpo y en nuestra alma.

Es importante que demos a ambos un lugar adecuado en nosotros:

ni un asiento de dominio, pero tampoco un cubículo.

 

Yo digo a mi mismo:
Papá, tú eres mi padre, a través de ti Dios y la Madre Naturaleza me han dado la vida;

Te respeto como mi padre y acepto mi vida de ti.

Y estoy de acuerdo en que tú también vives un poco más dentro de mí.

Y: Mamá, eres mi madre,

También a través de ti, Dios y la Madre Naturaleza me han dado la vida,

Te respeto como mi madre y acepto mi vida de ti.

Y estoy de acuerdo en que tú también vives un poco más dentro de mí.

 

Mis padres no son el origen real de mi vida;

ellos también recibieron su vida de sus padres y me la transmitieron a mí.

Los respeto como mediadores de mi vida, en la corriente vital de las generaciones.

 

Así que no sólo soy hijo de mis padres, sino un hijo de la Madre Naturaleza, que da a luz a toda

la vida y soy un hijo de Dios, que me mira con amor,

que me conoce hasta lo más profundo de mi ser

y que dice SÍ a mi vida y a mi existencia.

A sus ojos, soy y sigo siendo único, importante y valioso.

Si me dejo mirar por él, por aquel que ama a todas sus criaturas, entonces siento un profundo
sentimiento de pertenencia a la gran comunidad de todos los seres vivos y un sentimiento
de pertenencia a este planeta Tierra y a todo el universo del que ha surgido esta tierra.

Porque a través de Dios todos los seres vivos y las cosas están conectados interiormente entre sí.

 

 

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Traducción: Luisa Gago Galvez

 

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>>> Textos adicionales en español

 

>>> Responsabilidad terapéutica personal

>>> Diálogo con el "niño interior”

>>> Reducción de las cargas sistémicas

>>> Aceptar la vida de los padres y protegerse a sí mismo